Los gérmenes son micro-organismos (bichos) que son resposables de infecciones y enfermedades.
Los 4 sospechosos habituales son los virus, las bacterias, los hongos y los parásitos (protozoos).
Los virus son material genético que no llega ni a una céluda y que sólo pueden vivir dentro de algún ser vivo, al que usan para reproducirse infectando sus células (cosa que hacen con gran velocidad). Son responsables de enfermedades tan sonadas y peligrosas como el covid, el sida o la gripe. Dependiendo del virus, normalmente se tratan los síntomas de la persona mientras su sistema inmunológico se encarga de matarlo. Para algunas infecciones virales hay unos medicamentos especializados llamados antivirales.
Las bacterias son bichos de una sola célula. Hay bacterias buenas (por ejemplo, las que nos ayudan en la digestión, es decir, que viven en nuestro cuerpo) y otras que no son tan buenas y que cuando disparan su número, ocasionan infecciones. Son estas infecciones las que se tratan con antibióticos (sólo estas infecciones por bacterias se combaten con antibióticos).
Los hongos son organismos más grandes y complejos que las bacterias. Tienen esporas y se reproducen de manera sexual y asexual (¡ay papá!). Las enfermedades que causan se denominan micosis y se tratan con medicamentos que se llaman antimicóticos. Los hongos suelen ser duros de matar.
Los parásitos son organismos más complejos que viven a expensas de su huesped y las infecciones que causan se llaman parasitosis y que pueden ser tan serias y conocidas como la malaria, la giardiasis, el mal de chagas o las legendarias lombrices. Estas infecciones se tratan con medicamentos muy específicos para cada tipo.
A estas alturas debe quedar claro por qué no debemos automedicarnos con antibióticos sin saber que tipo de infección padecemos.
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