Te
compartimos la transcripción de un extracto de una entrevista a la Dra. Marian
Rojas-Estapé, quien es una psiquiatra, profesora, conferencista y escritora que
está muy interesada e involucrada en estudios de la unión de mente y cuerpo
para entender el comportamiento humano y las enfermedades y ha comprobado que no
podemos ver el cuerpo ni sus síntomas sin tratar ni indagar sobre las emociones
y la mente.
“La
felicidad consiste en conectar con lo bueno que pasa cada día y que lo malo,
esas batallas que todos también estamos librando a diario, lo sepamos gestionar
de la mejor manera posible. Esto tiene que ver con la plenitud, que es un
estado en el que noto que mis necesidades están cubiertas y no quiero nada más.
Por tanto, uno puede estar sufriendo mucho, pero ser feliz en ese momento, porque
sabe conectar con lo pequeño y bueno que le va sucediendo. Es decir, la
felicidad está en conectar con las cosas pequeñas del día a día.
El mejor antídoto para el sufrimiento y el dolor es el amor. Es sentirse querido, que no estás solo. La soledad involuntaria y no buscada, es terrible para la mente y para el corazón. Y por eso es importante tener cerca personas “vitamina”, al menos una, porque es la persona que te apoya, que te escucha, que te entiende y que no te juzga, esa a la que le cuentas algo y automáticamente te hace sentirte mejor y que no importa que hace 1 año o más no la veas, pero sabes que, con ella, las cosas son mucho más sencillas (esa sencillez que tantos ansiamos de nuestras relaciones humanas).
¿El amor a quién?
- A uno mismo. Autoestima. De forma
sana porque en exceso es narcisismo y quererse poco, destapa inseguridades
que son muy destructivas para la mente. Esto tiene que ver con nuestra voz
interior (que todos tenemos) que determina cómo es nuestra autoestima y
cómo nos tratamos.
- A la pareja. Este amor nos hace
ser valientes. Cuando te enamoras asumes más riesgos y temes menos. Este
amor es impresionante. Cuanto te sientes querido hasta mejora tu sistema
inmune y tienes mejor salud física y psicológica.
- A los demás. Es la cooperación,
la solidaridad. Es el amor a tus padres, a tus amigos, a tus hermanos y a
la gente de tu trabajo. Cuando estás en armonía con las personas de tu
entorno, puede mitigar los efectos negativos del estrés. Cuando estás
preocupado o ansioso (por un tema económico, por ejemplo), pero te sientes
querido, el estrés que te produce esa preocupación es mucho menor.
- A las creencias e
ideales.
Cuando crees en algo y lo amas, tiene fortaleza y superas casi todo.
- A los recuerdos. Es el amor “más diferente”.
Cuando recuerdas un evento placentero, tu sistema activa los mismos
mecanismos que cuando ocurrió el evento. Esto ha sido probado por el Nobel
Susumu Tonegawa. Cuando estás angustiado y bajo mucho estrés, el recordar
momentos memorables en los que sentiste placer y te sentiste amado,
produce efectos bioquímicos en el cerebro que te calman.
Cuando el amor inunda nuestra mente y nuestro cuerpo, nos ayuda a ser mejores con los demás y a convertirnos en personas que no juzgamos, que empatizamos, que somos cariñosos y que buscamos intereses comunes. Como es tan placentero que la gente esté pendiente de ti y recuerde tus circunstancias para apoyarte, es indispensable que tu hagas lo mismo y sepas recordar, de la gente que te importa, cuáles han sido o son sus batallas para que les preguntes por estas cosas y puedes transmitirle ese amor que todos necesitamos.
El amor es el mejor de los antídotos a los momentos malos.”
Este es el link a la entrevista completa realizada por la iniciativa AprendemosJuntos del BBVA.
Totalmente de acuerdo... "La felicidad está en conectar con los pequeños detalles de la vida"
ResponderEliminarExcelente!!! Muy cierto viajar dentro de tu mente y conectar con esos recuerdos que te traen alegría te da soporte, te da aliento, va haciendo más ligero tu andar...
ResponderEliminarNo es suficiente con la lectura, hay que ponerlo en practica
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